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«No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que Él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús». (Filipenses 4:6-7, NTV)


Varios años atrás, mi esposo Mike y yo viajamos unas seis horas hasta un lugar de retiros. No me sentía muy bien cuando salimos, pero pensé que la sensación pronto pasaría. Pero no fue así, me sentí peor, y durante la noche tuvimos que ir a la sala de urgencia en el hospital.

Estábamos lejos de casa, y yo estaba a punto de ser intervenida de urgencia. De inmediato me sentí presa del pánico. Tal vez tú también lo has sentido: el corazón se acelera, siente náuseas, parece que estás flotando. Pero en vez de ceder al temor, decidí que entraría en la presencia de Dios.

Con solo unos pocos segundos de recordar que estaba unida a Jesús, una paz indescriptible inundó mi vida. Pude palpar su presencia cuando me llevaban al pabellón de cirugía. Los médicos incluso comentaban el buen nivel de mi presión sanguínea aunque estaba en un situación de urgencia. Cuando la enfermera en la sala de recuperación trató de despertarme después de la operación, ¡le dije que todavía no quería hacerlo porque estaba disfrutando de un maravilloso momento con Jesús! Mi vida cambió cuando atravesé por esa situación con mi mente puesta en Jesús. No cambió el hecho de que necesitará una intervención de urgencia, pero experimente la paz que se describe en Filipenses 4.

El temor y la preocupación son respuestas naturales en muchas situaciones de la vida. Pero pueden convertirse en ladrones. Cuando nos enfocamos en lo que podría suceder en el futuro, perdemos la bendición de nuestra realidad presente: ¡Jesús está con nosotros! El temor nos roba la paz que podemos experimentar en todo momento.

Experimenta el descanso

¿Hay preocupación y temor en tu corazón? Lee Filipenses 4:6-7 una vez más y procura practicarlo. Dile a Dios exactamente lo que necesitas. Dale gracias por quién Él es, por lo que hace, y por su presencia. Ahora, recibe su paz.



*Adaptado de la devocional Selah: Encuentra el Descanso para tu Alma escrita por Kerry Clarensau

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"Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en vosotros y vuestro gozo sea completo" Juan 15:11


¿Cuál fue el gozo que experimentó Jesús? El gozo no debe confundirse con la felicidad. De hecho, insultamos a Jesucristo cuando empleamos la palabra felicidad para referirnos a nuestra relación con Él. El gozo de Jesús fue su absoluta rendición y el sacrificio personal por su Padre, el gozo de obedecerlo. "El cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz", Hebreos 12:2; "El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado", Salmo 40:8. Jesús oró para que nuestro gozo continúe cumpliéndose hasta que sea como el suyo. ¿He permitido que Jesucristo ponga su gozo en mí?


Vivir una vida plena y rebosante no depende de la salud física ni de las circunstancias. Ni siquiera depende de que veamos el éxito en la obra de Dios, sino que está determinada por nuestro perfecto entendimiento de Él y por nuestra comunión con Él, como la que Jesús tuvo con el Padre. Pero, lo primero que obstaculiza este gozo es la sutil irritación que surge al pensar demasiado en nuestras circunstancias. Jesús dijo: "Pero las preocupaciones del mundo... ahogan la palabra y se vuelve estéril”, Marcos 4:19, LBLA. Antes de que nos demos cuenta, ya estamos envueltos en los afanes. Todo lo que Dios ha hecho por nosotros es apenas el comienzo. Él quiere que lleguemos al punto de ser sus testigos y que proclamemos quién es Jesús.

Relaciónate correctamente con Dios, encuentra tu gozo y de ti brotarán ríos de agua viva. Sé una fuente a través de la cual Jesucristo vierta su agua viva. Deja de ser hipócrita y orgulloso, consciente solamente de ti mismo. Vive la vida escondida con Cristo en Dios. Una persona que tiene una relación correcta con Dios vive la vida de una forma tan natural como respirar, dondequiera que va. Las vidas que han sido de mayor bendición para ti son las de quienes no fueron conscientes de ellas propias.


*Adaptado de la devocional En Pos de lo Supremo escrito por Oswald Chambers

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