top of page

Para los universitarios y jóvenes profesionales, tenemos reuniones cada lunes y viernes por Zoom a las 9 de la noche. Estás invitado a conectarte con nosotros. ¡Te esperamos allí!

Search

Domingo - Cartas a la Iglesia: Experimentando a Dios

Writer's picture: RUE LeaderRUE Leader

Pablo le explicaba a la iglesia en Corinto que cada persona en su congregación poseía una habilidad sobrenatural para bendecir a los demás, dentro de la iglesia. A estas habilidades les llamó «manifestación[es] del Espíritu» (1 Corintios 12:7; 14:12). ¿Te emociona esa imagen? ¡Qué asombroso es ver a Dios moverse a través del cuerpo humano! Algunos hemos visto a personas cuyos cuerpos están poseídos por demonios que se manifiestan y hablan a través de ellos. Otros han visto caracterizaciones de esto, gracias a Hollywood. Leemos estas historias en las Escrituras, podemos imaginarnos a un demonio tomando el control absoluto de alguien y haciéndolo actuar y hablar a su placer.

¿Por qué es que nos resulta más fácil imaginar una posesión demoníaca, que una manifestación del Espíritu Santo? La mayoría podríamos decir que creemos que hay posesiones demoníacas, pero, ¿creemos que el Espíritu puede obrar a través de nosotros de una manera superior? ¡Nuestras reuniones estaban destinadas a ser sobrenaturales! Si nos enfrentáramos a una mujer poseída por un demonio, quedaríamos espantados durante días; ¿acaso, ver a alguien lleno del Espíritu no debería de ser igualmente sorprendente y memorable? ¡Necesitamos elevar nuestra expectativa! Si supieras que el Espíritu Santo se fuera a manifestar a través de alguien, ¿o te emocionaría pensar en la próxima reunión de iglesia?


Nos hemos convertido en personas fáciles de complacer. Nos conformamos si alguien se va contento de la iglesia, pero, ¡Dios quiere que se vayan asombrados! No estoy sugiriendo que nuestros servicios sean excéntricos; trayendo serpientes venenosas. Tampoco estoy diciendo que exageremos y lleguemos al punto del delirio emocional, lo cual, carece totalmente de esencia divina. Lo que estoy diciendo es que, nos hemos conformado con lo natural, y nuestras decisiones no dan evidencia que creemos en el Espíritu Santo. Por tal razón, terminamos teniendo reuniones lógicas y que, a veces, se sienten saturadas y hasta obligatorias.

Pablo quería que los creyentes se reunieran teniendo la confianza de que Dios deseaba moverse en medio de ellos, cohabitar y manifestarse a través de ellos para la edificación de todos. ¿Vas a las reuniones con esa misma expectativa? Si te conformas solamente con recibir de los demás, te perderás la emoción que es sentir al Espíritu Santo manifestándose a través de ti, y esto provocará que te sientas insatisfecho, y la iglesia sufre. Tu don espiritual es muy necesario.

Tradicionalmente, la iglesia valora a las personas de la misma manera que lo hace el mundo. Buscamos buenos líderes, comunicadores hábiles y artistas talentosos. Apreciamos sus dones y talentos, y también, que los hagan evidentes. Y así como lo hace el mundo, menospreciamos a aquellos que, inicialmente, parecen no tener nada que ofrecer. ¿Acaso nuestras acciones demuestran que esperamos que todos los miembros del cuerpo contribuyan sobrenaturalmente? Jamás nos atreveríamos a mirar a Dios a los ojos y decirle que pensamos que uno de sus hijos es un inútil; pero, no necesitamos decirlo con nuestros labios, si nuestras acciones lo están gritando.


Junto con los diáconos de la iglesia hace un par de años tuvimos que arrepentirnos después de terminar de estudiar la carta de 1 Corintios 12-14. Nos dimos cuenta que a muchas personas en nuestra congregación los clasificamos como improductivos. Comenzamos a orar por cada uno de ellos y nos acercamos de manera individual, para animarlos. Decidimos encontrar a los que pasaban más desapercibidos en nuestra congregación para recordarles verdades bíblicas, y para decirles cuánto los necesitábamos. Después de todo, en el contexto de 1 Corintios, ¿no nos explicó Pablo que Dios escogió al menospreciado del mundo para exhibir su poder (1:26-27)? ¿Cómo sería nuestra forma de actuar si realmente lo creyéramos? ¿Acaso no estamos sobrevalorando a las personas adineradas, hermosas y talentosas, tal como lo hace el mundo? Hay tanta gente que entra y sale de nuestros servicios sin recibir atención; y, por alguna razón, son los millonarios, los presidentes de las compañías y los famosos, a quienes damos toda nuestra atención. ¿Qué dice esto de nosotros?


Reflexiona: ¿Qué expectación tienes cuando vas a la iglesia? ¿Vas con la mentalidad de recibir algo, o de dar algo que Dios te ha dado? ¿Quieres bendecir, o solo ser bendecido?



*Adaptado del libro Cartas a la Iglesia escrito por Francis Chan

4 views0 comments

Recent Posts

See All

Comments


©2020 by RUE - Red Universitaria de Ecuador. Proudly created with Wix.com

bottom of page