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Recientemente mis hijos se interesaron en aprender a tocar guitarra. Después de asegurarme que realmente lo querían hacer (ya saben que los impulsos infantiles van y vienen), compré una guitarra usada para que la compartieran y los inscribí para que recibieran clases en internet. Pero la primera lección vino de una amiga nuestra, que nos estaba visitando ese día. Ella es una guitarrista experimentada, y con solo rasgar las cuerdas se dio cuenta que la guitarra estaba fuera de tono. Así que comenzó a afinar la cuerda superior, “E [mi]”, afinándola correctamente, y siguió con las otras cuerdas, ajustando los tonos específicos con el tono de la primera cuerda. Una vez que la primera cuerda estuvo afinada, todas las otras estuvieron afinadas adecuadamente; y al rasgarlas produjeron una bella melodía.
La verdad es que básicamente podríamos definir la opinión de Dios, sobre cualquier materia, como nuestra norma. Nuestra cuerda “E [Mi]”. La verdad es lo que Dios es y lo que Él dice que es, que para nosotros está conteniendo en la persona de Jesucristo.
La verdad de Dios. La verdad bíblica. Si no somos leales y no nos afirmamos a esta verdad, quedemos débiles y susceptibles a las cosas que pueden parecer correctas y hasta sonar correctas, pero no lo son. Pero si tenemos esta norma de verdad, puedes ajustar todo lo demás en tu vida, tus ambiciones, elecciones y sentimientos; tu mente, albedrío y emociones, hasta que todo esté correctamente en armonía. Cuando tú tienes un núcleo firme, estable, y bien soportado, las mentiras del enemigo no pueden desviarte tan fácilmente. Cíñete con la verdad, y estarás protegido desde el principio.
¿Cómo se supone que nos tenemos que poner este cinturón de la verdad?
Manteniendo y afirmando la norma de conducta, la verdad y sus límites marcados por Dios en las Escrituras. Tú te comprometes con ellos y decides enseñarlos a tu familia.
Dejando diariamente que Dios te ayude a alinear tus decisiones y respuestas, hasta tu actitud y ambiciones, junto a Su punto de vista de la verdad.
Tú aprendes continuamente acerca del carácter y los propósitos de Dios, tanto por la Biblia como por su Espíritu. Después, sin pedir disculpas, sincronizas tus convicciones con lo aprendido hasta cuando sea difícil y mal visto.
Tú filtras cada circunstancia, personal y social, a través del prisma de Su Palabra en lugar de apoyarte en tus sentimientos, lo que está de acuerdo con la mayoría o las opiniones de los demás.
Considera la planificación y determinación proactiva que necesitas en tu vida para cumplir con el mandato de Deuteronomio 6:4-9 para tu vida. ¿Cómo pudieras implementar una estrategia para esto en tu vida en esta semana?
*Adaptado del libro La Armadura de Dios escrita por Priscilla Shirer
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